¿Cómo surge San Ricardo?

Un poco de nuestra historia familiar…

 

Finca San Vicente-Pasajinak – Tecpán Guatemala

A fines de siglo XIX, en 1877, vinieron a Tecpán Guatemala, provenientes de Zaragoza, España, el coronel don Vicente Marroquín y doña Teresita Pinzón; se establecieron con su familia e iniciaron prósperos negocios, que les permitieron criar con holgura a siete hijos: Concha, Antonio, Irene, Manuel, Adrián, Cristina y Sofía.

En 1917, don Manuel Marroquín Pinzón contrajo nupcias con Mercedes Arrechea y Capurón; procrearon 6 hijos: Carmela, Carlos, Mercedes, Ricardo, María Teresa y Rafael Marroquín Arrechea; y heredaron una finca en Tecpán a cada uno de ellos hijos: El Carmen, San Carlos, Las Delicias, San Vicente, El Recreo y San Lorenzo.

San Vicente – Pasajinak fue el legado familiar del Arquitecto Ricardo Marroquín Arrechea, quien contrajo nupcias con Marietta Rosada Bendfeldt, hija de un gran ingeniero romano, quien vino a trabajar a Guatemala, Don Rómulo Rosada di Rossi contrajo matrimonio con Gabriela Bendfeldt Larrave, hija de alemanes y españoles. Ricardo y Marietta se casaron en mayo del año 1952, cultivaron la tierra y crearon la: Avícola Pasajinak, que duró un poco más de 30 años (1958 – 1988), gran exportadora de aves en Centroamérica, fundadora de la primera Cooperativa de Concentrado Avícolas Mater e Magistra; pioneros también en la crianza de ganado lechero Jersey y fundadores de la Asociación de Criadores de Ganado Jersey hasta hoy día.
En julio de 1991 se convirtió en una industria lechera familiar con el nombre de Pasajinak, S.A. en la cual también participaban sus 5 hijos: Alejandro (+), Ricardo, Anna Mercedes, Juan Manuel y Estuardo; la agroindustria de productos lácteos Pasajinak, Vittalak y Romalatte, que han superado el umbral de los 25 años en el mercado, así como las diferentes líneas y marcas de productos reconocidos a nivel nacional por su posicionamiento en el mercado y consumo en las mesas de los guatemaltecos.

Luego de tres generaciones Marroquín, asentadas desde 1877 en Tecpán Guatemala, surge la idea de diversificar la industria, en la que una cuarta generación participa: la familia Lembke Marroquín, entonces nace “San Ricardo Farm & Lodge”, al recuperar la antigua Avícola Pasajinak, que estuvo en manos de terceros durante 18 años, para convertirla en un pequeño proyecto de agroturismo, acompañado de una posada u hotelito rural (modelo Gites de France o EuroGites en toda Europa) trasladado a Guatemala, por un convenio de cooperación técnica Francia/Guatemala y coordinado por la Cámara de Turismo de Guatemala; este modelo se está replicando en toda Centroamérica para promoción internacional como un producto nuevo en un multidestino.

San Ricardo Farm & Lodge abre sus puertas con 5 habitaciones al mercado a partir del 17 de julio del año 2009, para turistas europeos en su mayoría, USA y Canadá, con el objetivo de dar atención personalizada a sus huéspedes, compartir y divulgar las tradiciones y costumbres de Guatemala, respetar y promover una cultura ambiental, generando fuentes de trabajo, capacitación y una incluyente cadena productiva local, mediante la interacción con las comunidades para generar desarrollo rural socio-económico a través del turismo.

En marzo de 2010, surge la Corporación Pueblo Real, familia Marroquín Aguja, Marroquín García y Marroquín Green, con el visón de brindar un “Campo de luz” de recreación familiar al pueblo de Guatemala, donde pueden vivir experiencias con una granja experimental de animales y una plantación agrícola modelo OVOP, y comprar y cosechar sus vegetales.

Se ha incorporado a esta diversidad de atractivos la inclusión de la producción de lácteos y explotación del hato lechero Jersey original; están abiertas las puertas a todos los guatemaltecos inquietos por conocer estos procesos agroindustriales, disfrutar de un paseo por la finca San Vicente Pasajinak; actividad a cargo de la familia Marroquín Close.

El 15 de agosto de 2014, nace una segunda fase de San Ricardo con su Restaurante “Asados a la Leña”, gracias a la familia Lembke Marroquín, que, por petición de los clientes del hotel, requerían de un restaurante, bar y salón de recepciones, para mayor comodidad sin moverse del pequeño rincón para canalización del estrés y alejamiento de la rutina de las grandes ciudades.
También se inauguran más habitaciones para el descanso y paz de nuestros huéspedes, todas combinando: color terapia y aromaterapia para lograr el arte poco practicado: “Hacer nada”, simplemente descansar. A la fecha ya son 13 habitaciones, distintas cada una, con un color, personalidad y encanto particular.

San Ricardo también ofrece agroturismo: paseos en tractor por los campos de cultivo, paseos a caballo, bicicletas, caminatas especiales y otros agro tours, paseos especiales, talleres en diversos temas, salón de juegos de mesa, paseos en cuatrimotos y salones para eventos sociales o corporativos; también se puede disfrutar del área agrícola, con una plantación de Flores.

La pandemia del COVID -19 durante el 2020, vino a obligarnos a dar nuevos giros y enfocarnos más en la bioseguridad de nuestras familias, colaboradores y clientes; algunas actividades se modificaron, otras dejaron de ser parte del libreto, pero nace una nueva faceta de San Ricardo: la salud y el bienestar surgen desde el 1 de mayo del año 2022, con una visión de crecimiento profesionalizado: diversas terapias de relajación: masajes relajantes, reflexología, deep tissue o musculares, tratamientos de belleza; pronto se incorporarán nuevas terapias.

Nos convertimos en Villa San Ricardo tras la pandemia, ¿por qué? La experiencia de vida dejó lecciones que hay que compartir de forma positiva.

Vivir en una Villa es sinónimo de comunidad. Parques, jardines, zonas de juegos y terrazas familiares, permiten sana convivencia entre los residentes.

Por ello, San Ricardo brinda espacios para dar confort, normalmente vinculada con una clase social acomodada, que busca la COMODIDAD, pero accesible a otros sectores. Las Villas antiguamente solían construirse alejadas de la ciudad, ya fuera en el campo o en la playa.

En la época romana, una villa era un asentamiento rural formado por un edificio residencial principal y una serie de edificios secundarios. Se sigue este modelo, donde desde el centro se administraba una explotación agrícola.

También se le conoce como una casa de recreo situada aisladamente en el campo, o una población con algunos privilegios que la distingue de las aldeas.

Es así como ofrecemos este concepto ideal de Villa en San Ricardo, y brindamos privilegios a quienes nos confían su alojamiento, para gozar de: COMODIDAD, BIENESTAR, SALUD, DESCANSO y RECREACION en viajes de placer o de negocios.

La pandemia, sin lugar a duda, marcó en el ser humano la necesidad de un turismo regenerativo; el turismo rural que ofrecemos es sinónimo de oportunidad de: recargar energía, terapia de bosques y mucho más, o simplemente cambiar de escenarios, donde el tiempo parece detenerse y relajarnos.

Es así como la familia Marroquín Rosada y sus nuevas generaciones se diversifican y atesoran el patrimonio y legado familiar, estableciendo puentes internos con las distintas empresas familiares, con el objetivo de brindar la mejor propuesta de un auténtico turismo rural, para vivirlo, sentirlo y saborearlo en Tecpán Guatemala.

En esta historia tratamos de compartir los valores de conservación y preservación del patrimonio familiar, manteniendo antiguas instalaciones edificadas desde hace más de 70 años, donde todo se ha restaurado y adecuado para la modernidad. Sin embargo, tratamos de cuidar y respetar el entorno social sin generar choques socioculturales, convivencia y armonía con la comunidad rural, ayudar al desarrollo y oportunidad de empleo con salarios justos para nuevas generaciones.

Es un placer servirles, sin lujos, pero con comodidad en la vieja finca y antigua avícola, remozada para usted y su familia.

Les deseamos una agradable experiencia en San Ricardo, en donde nuestro mejor producto es la PAZ y la ARMONIA.

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